sábado, 20 de julio de 2019

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

La Santísima Madre, en esta aparición, vino con el Niño Jesús en brazos. Tenía los brazos abiertos como si nos bendijera. Ella nos dio el mensaje

¡Paz mis queridos hijos, paz!

Hijos míos, una vez más estoy aquí para bendeciros y otorgaros mi amor Inmaculado. Soy vuestra Madre celestial que tanto os ama y se esfuerza incansablemente por vuestra felicidad eterna.

Hijos míos, no os apartéis del camino de Dios por culpa del mundo y sus ilusiones. El mundo no os salvará de los terribles castigos que están a punto de caer sobre vosotros, sino sólo Dios. Sed de Dios para que os defienda del mundo y de los peligros que trae a vuestras vidas, si vivís en una vida de pecado y negación de vuestra vocación divina.

Yo estoy aquí para ayudaros y guiaros de la mano por el camino que os lleva al cielo. Rezad intensamente mi Rosario todos los días. Con el Rosario saldréis siempre victoriosos de cualquier prueba, y el enemigo no tendrá poder sobre vosotros ni sobre vuestras familias.

Hijos, éstos son los tiempos de confusión y de gran falta de fe, que os profeticé en el pasado. El humo del demonio ha entrado en la Iglesia de mi Divino Hijo, para corromper y cegar a muchos Ministros de Dios. Rezad por la Iglesia, tan atacada y herida en estos tiempos, a causa de los Ministros infieles que crucifican de nuevo a mi Hijo Jesús con sus terribles pecados de infidelidades, inmoralidades y corrupción, en aras del poder y del dinero.

La Iglesia se partirá por la mitad, y tantas almas perderán la fe y se alejarán, a causa de tantos errores. Mi Corazón sufre, hijos míos, porque muchos de vosotros seréis perseguidos y combatidos, pero no tengáis miedo y no os calléis. Defended el honor de Dios y la verdad. Luchad contra todo mal con la oración, con el ayuno y con la Eucaristía.

Estoy aquí para guiaros, para bendeciros, para concederos las gracias y bendiciones necesarias que os darán fuerza, valor y luz, en los días de gran oscuridad de la fe y de muchas almas en el mundo.

Rezad, rezad, rezad, y Dios estará siempre a vuestro lado y os dará su fuerza para vencer todo mal. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.