Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
sábado, 18 de abril de 2020
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz a tu corazón!
Hijo mío, éste es el momento de seguir el santo camino del Señor, obedeciendo su divina llamada, sin mirar nunca atrás. Mira siempre hacia delante, hacia el Corazón de mi Hijo, que brilla de amor por ti y por el mundo entero, pero que por muchos no es amado ni adorado.
Hijo mío, vendrán grandes cambios dentro de la Iglesia que harán sangrar el Corazón de mi Divino Hijo, por los errores que enseñarán a las almas que perderán la fe y se enfriarán en su amor a mi Hijo Jesús, no teniendo ya respeto por él ni por las santas obras de Dios. El amor y el respeto por lo Sagrado casi desaparecerán del mundo, si el Señor no perdonara a su pequeño remanente que le adorará y servirá viviendo su fe y su fidelidad a la Iglesia de mi Hijo a través de cruces, dolores y persecuciones.
La unión y la oración de mis profetas actuales es necesaria, en estos tiempos difíciles y crueles, en los que Satanás a través de sus malvados agentes, hace la guerra contra las santas obras de Dios, queriendo silenciar y destruir todo lugar de mis manifestaciones celestiales hechas por mí en la tierra, para el bien y la salvación de muchos de mis hijos.
No guardes silencio. Díselo también a tus otros hermanos. Hay que proclamar la verdad con fuerza y con valor. Confiad en las palabras y promesas del Señor, porque siempre se cumplen para la liberación de su pueblo y el bien de sus devotos servidores, que siempre han estado unidos a su Corazón Divino y han entrado en su pensamiento divino, para comprender y realizar su Divina Voluntad en este mundo.
Del mismo modo que las aguas de los océanos y de los mares son abundantes, así lo serán las gracias y los dones del Espíritu Santo para quienes permanezcan fieles al Señor, a sus santas palabras y a sus verdades eternas. El Espíritu Santo actuará con fuerza en la vida de los que no traicionen a mi Hijo para seguir los engaños y herejías que actualmente ciegan muchos corazones, oscurecen muchas mentes, porque es grande el número de los que han perdido la vida de la gracia, ofendiendo al Señor con una vida depravada, corrompida e impura. Dentro del corazón de muchas de estas personas anida el demonio, haciendo que sus obras sean infructuosas y sin ninguna gracia, porque el Espíritu Santo ha sido expulsado de sus vidas, a causa de los muchos pecados que han cometido, sin tener un ápice de arrepentimiento ni de conversión.
Sed fieles al Señor, para que os ilumine y guíe siempre por su Espíritu Divino. No ofendas ni entristezcas al Espíritu Santo con tus acciones y pecados. Decídete por la vida de la gracia en su amor.
El Señor hará mucho por los que le sean fieles y obedientes a sus palabras. Nunca se sentirán decepcionados ni abandonados. Siempre contarán con el apoyo y el consuelo de la luz divina y sabrán qué decir y cómo actuar, para gloria de su Santo Nombre.
Lo que el Espíritu Santo hará por sus profetas, por sus discípulos y por los fieles de su Santa Iglesia, la Iglesia fundada y dejada por mi Divino Hijo, ningún ojo humano lo ha visto ni ha sido testigo de tan grandes dones de su gracia. Será algo único para destruir todas las obras de las tinieblas de Satanás, para confundir y derribar a todos los que trabajan a favor de sus malvados proyectos. Dios utilizará a los sencillos y a los pequeños para destruir a los poderosos de este mundo, que han perseguido y herido a su pueblo, y no quedará piedra sobre piedra en sus obras de maldad. Reza, reza, hijo mío, comunicando todas estas cosas a tus hermanos te estarás salvando a ti mismo y a todos ellos, siendo un buen siervo de mi Hijo Jesucristo, que te ha elegido y llamado para estos tiempos, los tiempos finales con la gran purificación y renovación de toda la humanidad, de la humanidad que se ha vuelto ciega, sorda y muda para Dios y que actualmente está sufriendo, por su desobediencia e infidelidades al Señor.
Te bendigo y te doy mis gracias para que comprendas siempre los deseos y dolores de mi Corazón Inmaculado. ¡Estad con la paz de mi Hijo Jesús y con mi paz!
Recomienda esta doctrina a tus hermanos, y serás un buen ministro de Jesucristo, alimentado con las palabras de fe y de sana doctrina que has seguido exactamente hasta ahora. En cuanto a las fábulas profanas, esos extravagantes cuentos de viejas, recházalos. Ejercítate en la piedad. Si el ejercicio corporal aporta algún pequeño beneficio, la piedad es útil para todo, porque tiene la promesa de la vida presente y futura. He aquí una verdad absolutamente cierta y digna de fe: si nos esforzamos y sufrimos ultrajes, es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los fieles. Que éste sea el objeto de vuestras prescripciones y de vuestras enseñanzas. Que nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, conviértete en un modelo para los fieles, en tu forma de hablar y de vivir, en la caridad, en la fe, en la castidad. Hasta que yo llegue, aplícate a la lectura, a la exhortación, a la enseñanza. No descuides el carisma que hay en ti, que te fue dado mediante una profecía acompañada de la imposición de manos de los sacerdotes. Pon en ello toda tu diligencia y empeño, de modo que sea evidente para todos lo bien que lo utilizas. Vela por ti mismo y por la instrucción de los demás. Y persevera en estas cosas. Si haces esto, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen. (I Timoteo 4:6-16)
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