domingo, 1 de marzo de 2020

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz

¡Desde aquí triunfaré! ¡Desde aquí haré brillar mi gloria en el mundo entero!

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz

(Marcos): «¡Sí, lo haré! Sí, lo haré, mami, lo haré».

(María Santísima): » Queridos hijos, os invito a meditar una vez más sobre la grandeza y el valor de mis apariciones en Lourdes. Me aparecí en Lourdes, con mis mensajes dados allí, para convertir los corazones de mis hijos y llevarlos a todos de vuelta al Señor. Con mi aparición en Lourdes, levanté a un gran número de almas que estaban caídas en el pecado y, ciertamente, ¡las envié a todas al Cielo, al Paraíso! Y con esto, también, aumenté el número de los elegidos que poblarán el Paraíso llenando de alegría y felicidad el corazón del Padre Celestial. ¡Sí! Gracias a mis apariciones en Lourdes, aquel número de elegidos que el apóstol Juan vio en el Apocalipsis, ¡este número ha aumentado! ¡Sí! ¡Y también gracias a mis apariciones aquí, un día este número también aumentará en el Cielo! ¡Sí! Porque con mis apariciones aquí, un gran número de almas que forman parte de esos elegidos serán entregadas al Señor, serán ofrecidas al Señor a través de mí, a través de mis mensajes, y también a través de todos los Rosarios y rosarios meditados que mi hijito Marcos hizo para mí aquí. ¡Sí! ¡Su obra completará el número de los elegidos! Y por eso la grandeza de mis apariciones se comprenderá perfecta y totalmente en el regreso de mi Hijo. ¡Entonces veréis cuántas almas se han salvado, cuánto ha aumentado el número de los elegidos en el Cielo gracias a cada aparición mía sobre la faz de la tierra! Entonces todos comprenderán cuán admirablemente se realizó mi plan de amor en cada lugar donde aparecí, a pesar de mis enemigos y mi Corazón Inmaculado en la vida de los elegidos triunfó y realizó el plan del Padre. ¡Sí! Gracias a mis apariciones en Lourdes, un gran número de almas que incluso estaban destinadas a la condenación eterna vieron cambiado y transformado su destino eterno por mi aparición, pues se convirtieron, rezaron, hicieron penitencia, y con ello se apartaron de la condenación y se hicieron dignas de la corona de la vida eterna. ¡Oh, cuántas almas conoceréis al regreso de mi Hijo, que sólo gracias a mis apariciones consiguieron salvarse! Por eso, deseo que se conozcan aún más, para que más almas de mis hijos se conviertan, se desarraiguen del camino de la perdición y se coloquen en el camino de la salvación eterna. Por tanto, trabaja duro para que mis apariciones sean más conocidas y ayuda a mi hijito Marcos a que todas mis apariciones y también las vidas de los santos que difunde en las maravillosas películas que ha hecho para mí, sean conocidas por todos. Para que cada vez más almas puedan salvarse. Que la vida de mi hijito Gabriel de los Dolores sea aún más divulgada y conocida, porque deseo que muchos otros «Gabrieles» se levanten de todas partes para amarme, consolarme, quitar las espadas del dolor de mi corazón, y que con sus vidas perfumadas de oración, sacrificio, entrega y amor, me ayuden cada día a salvar más y más almas para el Señor y a conquistar más y más, naciones y pueblos para el Señor. ¡Sí! Que surjan por todas partes muchas nuevas «Gabriels» con el Rosario en la mano, el Rosario de los Dolores en la mano y la llama del amor en el corazón por mí y por las almas. Que se levanten muchas Gabriels que, con su vida de humildad, sacrificio y entrega, dando cada día su «sí» junto a mi «sí», obtengan del Padre Eterno la gracia de la salvación, la gracia de la conversión para tantos hijos míos que tanto lo necesitan. Que muchos «Gabrieles» se levanten proclamando en voz alta mis dolores y mis glorias, para que mis hijos sientan la necesidad de amarme, de consolarme, de agradecerme con su vida todo lo que he sufrido por su salvación colaborando en la obra de la redención.

Y que, al contemplar mis glorias, reconozcan mi poder como Madre de Dios, Reina de todo el Universo, y por eso se entreguen a mí con confianza y amor, dejándose guiar, conducir y formar por mí cada día en el camino de la santidad y del amor. ¡Sí! ¡Anda! Y da a conocer mis apariciones de Lourdes y todas las demás al mayor número posible de mis hijos. Para ello, regala cinco películas de mis apariciones en Lourdes a los niños que no las conozcan y tres de mi hijo Gabriel de mis dolores; para que podamos echar por tierra todos los planes de los malvados, de los seguidores de Satanás, que, unidos entre sí y haciendo conciliación del mal, quieren destruir la Fe católica en la Tierra, quieren hacer desaparecer el nombre de mi Hijo, mi nombre, y hacer desaparecer todo signo de amor, de amor a Dios, a mí, de amor a la oración y transformar la Tierra en el reino de las tinieblas de Satanás. ¡Sí! Con estas películas que ha hecho mi hijito Marcos, podemos derrotar estos planes y hacer triunfar de nuevo la Fe. Así pues, hijos míos, ¡adelante! ¡Ayudad a los justos y Dios os ayudará! Seguid rezando mi Rosario todos los días; seguid regalando mis Rosarios meditados para que todos mis hijos puedan rezarlos y salvarse. Seguid luchando por la salvación de la humanidad como mis verdaderos soldados y seguid mostrando a todos la grandeza de mis apariciones en Lourdes. Porque allí la mujer vestida de sol, la Inmaculada Concepción, Yo, vuestra Madre celestial, ya he predicado mi victoria, presentándome como la única que nunca ha estado bajo el poder de Satanás y del pecado, y por eso ya le ha vencido desde el primer instante de su Concepción, mi Inmaculada Concepción, y por eso, al final mi Corazón Inmaculado triunfará con toda seguridad. Por eso, id, hijos míos, y anunciad el signo de mi victoria que es Lourdes, para consuelo y consuelo de mis hijos de todo el mundo. Aquí, mi nuevo Lourdes, donde terminaré lo que empecé en Lourdes y donde he hecho resonantes gracias como allí, para mostrar mi poder de Reina y soberana vencedora de todas las tinieblas, desde aquí, desde este mi bendito Santuario, a todos bendigo con amor: desde Lourdes, desde Pellevoisin y desde Jacareí. ¡Desde aquí triunfaré! Desde aquí haré brillar mi gloria en el mundo entero!»

(01.03.2020 | Aparición y Mensaje de Nuestra Señora | Marcos Tadeu Teixeira)