Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 8 de agosto de 2021

Mensaje del Divino Padre Eterno

El Mundo será salvado por la Belleza de Mi Amor

 

Mensaje del Divino Padre Eterno

(Padre Eterno) : «Amados hijos Míos, Yo, vuestro Padre, vengo hoy en Mi fiesta para deciros: ¡Os he esperado desde toda la eternidad!

Os esperé aquí, os esperé con amor, ¡os creé! Estabais en Mis pensamientos en el momento de la creación del mundo, y quise crearos por amor, para que entonces pudierais conocerme y amarme, y Yo pudiera daros a cada uno de vosotros Mi amor, Mis gracias, Mi bendición, y haceros partícipes de Mi gloria eterna en el Cielo.

Os he esperado desde el principio del mundo, os he esperado con amor a cada uno de vosotros, he pensado en vosotros con amor, he querido crearos con gran amor, para que pudierais ser Mis hijos y conocer todas las riquezas y grandezas de Mi amor.

¡Sólo quiero amor! ¡Vengo por amor! Quiero que vengáis a Mí tal como sois, y Yo os perdonaré, os acogeré, os aceptaré tal como sois, os ayudaré a ser santos.

Sólo deseo de ti amor y confianza en Mi amor. Sí, sé como Mi hija María Santísima, que Me amó, que confió en Mi amor con todas sus fuerzas y Me dio siempre el amor más puro, vivo y fiel.

Tened este amor vivo, fiel, total hacia Mí, y entonces vendré a cada uno de vosotros, a cada una de vosotras, y llenaré vuestras almas de amor, de paz, de Mis dones, y verdaderamente os transformaré a cada uno de vosotros en Mi templo, en Mi morada de amor, os transformaré a cada uno de vosotros en un reflejo vivo de Mi propia belleza, de Mi propia perfección.

Entonces el mundo verá lo bello que es el amor del Padre Eterno, lo bello que es el corazón amoroso del Padre Eterno, y todos los hombres, todos Mis hijos vendrán a Mí.

El mundo será salvado por la belleza de Mi amor, y cuanto más viváis unidos a Mí en el amor y por el amor, más verá el mundo Mi belleza y se dejará salvar y conquistar por Mi belleza.

Sí, os he amado desde el principio del mundo y os he esperado desde el principio del mundo para esta hora. ¿Y por qué os he enviado a cada uno de vosotros a este mundo ahora en estos tiempos? Porque he esperado esta hora, ¡porque Yo mismo he anhelado esta hora!

¡Sí, ahora el mundo debe conocer toda Mi gloria, todo Mi amor, el mundo debe conocer a María, Mi santísima hija, la Señora de todos los Pueblos, la Mediadora, la Corredentora, la Abogada! Y a través de ella debo establecer Mi reino hecho todo de amor en el mundo entero. Por eso elegí esta hora, y por eso os elegí a vosotros para esta hora.

Por eso, debéis ser los reflejos vivos de Mi amor por este mundo que se ha alejado completamente de Mí, porque ha perdido el amor. Y sólo la humanidad puede salvarse si vuelve al camino del amor, sólo entonces Me encontrará, sólo entonces encontrará su salvación que soy Yo mismo el Amor Eterno.

¡Así que id, hijos Míos! Llevad Mi amor a cada alma, a cada criatura. Transmitid Mi amor y el amor de Mi Princesa María, para que entonces, verdaderamente, toda la humanidad pueda conocer Mi amor y pueda, en la experiencia de Mi amor vivo y eterno, salvarse en el amor, por el amor.

Sí, os he esperado a cada uno de vosotros desde el principio del mundo. Os he esperado con un amor ansioso y anhelante para veros aquí, en este lugar elegido y escogido por Mí, y derramar entonces sobre todos vosotros el océano de Mis gracias.

No he cambiado, ¡sigo siendo el Señor, el Único! Soy el mismo que abrió el mar ante Moisés y el pueblo, Mi pueblo elegido. Y continúo abriendo todos los mares ante aquellos que verdaderamente quieren amarme, servirme, y atraviesan cada dificultad, cada depresión, cada tribulación confiando en Mi poder.

Sí, sigo siendo el mismo Dios que abre el mar, que lleva a los hijos sanos y salvos a la Tierra Prometida. Y en esta hora en la que estáis atravesando el último desierto de la historia humana , debo conduciros a través de Mi Princesa María a la Tierra Prometida del Triunfo de Nuestro Amor en el mundo que ya se acerca a vosotros: el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra, renovados y transformados para la mayor alegría, felicidad y bien de todos vosotros.

Así pues, ¡confía en Mí! Confiad en Mi corazón lleno de amor por todos vosotros. No os abandonaré, y al igual que no dejé que Mi pueblo pereciera en el desierto, no os dejaré perecer en el desierto de este mundo.

Por eso permaneceré aquí con Mi Princesa María hasta nuestro Triunfo final, para que vosotros, hijos Míos, nunca os sintáis solos y nunca os desaniméis en medio del camino.

Hijo mío Marcos, te he esperado desde el principio del mundo, para que Me dieras a conocer y Me hicieras amar, para que quitaras la devoción hacia Mí que en estos últimos tiempos de apostasía casi caería en el olvido, para que entonces, Mis hijos pudieran conocer el verdadero amor hacia Mí, pudieran perder verdaderamente el miedo a acercarse a Mí. Y puedan verdaderamente venir a Mis brazos, a Mi seno, para recostar sus cabezas sobre Mi corazón, donde Yo pueda consolaros a todos y daros Mi paz y Mi amor a todos vosotros.

Soy el Padre más amoroso que sufre por la distancia y la ausencia de Sus hijos... Quiero que Mis hijos vengan a Mí, quiero que se reclinen sobre Mi pecho divino y allí descansen en Mí y Me entreguen todas sus fatigas, luchas y sufrimientos.

Allí también, además de curarlos, ¡quiero llenarlos de amor! Quiero comunicarles toda Mi belleza, la belleza de Mi amor, todas Mis gracias. Y aunque sean como el hijo pródigo que ha caído en la mayor miseria del alma, si vienen a Mí, les lavaré, les purificaré, les daré vestidos, anillo, zapatos nuevos, y les haré herederos de nuevo de todo lo Mío, herederos de Mi Reino y de Mi Gloria en el Cielo.

Así pues, hijo Mío, no te canses nunca de anunciar Mi amor al mundo. Continúa haciendo Mis Horas de Oración, para que Mis hijos Me conozcan y Me amen.

Continúa enseñando con la palabra, con la oración, con tu vida, cuán hermoso es Mi amor, cuán dulce es amarme, cuánto soy el Padre más amoroso, más fiel y más leal, que nunca abandona a Sus hijos, como Yo nunca, nunca te abandoné a ti.

Sí, la santidad es la cumbre del amor hacia Mí. El que vive en Mi amor, el que Me ama totalmente vive en el apogeo de la santidad, alcanza la santidad, ¡el apogeo del amor! Y eso es lo que Yo deseo: ¡amor, sólo amor!

Tus defectos, tus miserias y debilidades son como pajas arrojadas al fuego de Mi amor, y en un instante se consumen y se convierten en cenizas. Así que ven a Mí tal como eres, y Yo te convertiré en una obra nueva y hermosa según Mi corazón. Y te daré belleza, Mi propia belleza, con la que brillarás y resplandecerás y darás al mundo el testimonio más bello y vibrante y resplandeciente de Mi amor.

Hijo, Mi rayo de luz, el rayo de luz de Mi hija María, sigue dando al mundo a conocer Mi amor, Mi bondad.

Sí, gracias también por haber sacado las Apariciones de Mi Princesa María en Marienfried, del olvido y del desprecio de la humanidad.

Sí, ahora Mis hijos conocen estas apariciones, conocen estos mensajes y confían en el poder de Mi Princesa María. Pronto podré realizar en vuestras vidas gracias más numerosas y copiosas y los verdaderos milagros de Mi gracia, que serán más abundantes allí donde haya más confianza en el poder de Mi Princesa María como Reina del Universo, como Señora y Mediadora de todas las gracias.

Sí, aquellos que confían en el poder de María, que se encomiendan a Ella, sobre ellos no tendrá poder la estrella del abismo, porque Yo mismo imprimo en ellos Mi signo divino, el signo de la salvación, y a éstos no podrá arrebatármelos la estrella del abismo.

Por eso, hijo mío Marcos, continúa... continúa dando a conocer al mundo los mensajes de Mi Princesa María en Marienfried, para que haya mucha más confianza en Ella, y muchos más milagros de Mi gracia y de Mi misericordia pueda obrar a través de Ella donde haya fe pura y amor total en Nosotros.

Hijo mío Carlos Tadeo, también he pensado en ti y te he amado, te he esperado desde el principio del mundo.

En cuanto Adán y Eva pecaron, no destruí el mundo totalmente de una vez, no sólo por amor a Mi Princesa María, que Me daría el sí que repararía el no de Eva. Sino que tampoco destruí el mundo gracias a tu sí y al sí del hijo que te di, Nuestro Rayo de Luz.

Sí, gracias a su sí primero, que generó tu sí después, no destruí el mundo. Y gracias al sí de ambos, dado cada día, mantenido, renovado cada día, conservo el mundo, bendigo el mundo, las cosechas, las plantaciones, las naciones, los pueblos, y derramo tantas y tantas gracias. Anulo tantos castigos que el mundo Me obliga a aplicar para castigar sus pecados y sus crímenes, y derramo sobre toda la humanidad una abundante lluvia de gracias y bendiciones cada día.

Así pues, hijo Mío, continúa fielmente en la misión que te hemos confiado, porque cada día tu sí con el sí del hijo que te di, Mi rayo de luz, se eleva a Mi presencia como el más bello y perfecto acto de amor, eco del sí del acto de amor eterno de Mi Princesa María. Y este acto de amor mueve Mi corazón a perdonar a la humanidad, desarma Mi justicia y abre las compuertas de Mi gracia y de Mi misericordia sobre toda la humanidad.

Te bendigo ahora y te doy ahora 248.000 bendiciones, fruto de los méritos de la grabación del hijo que te di, de la grabación de los Mensajes de Marienfried, y también fruto de los méritos de las Horas de Oración en Mi honor que hizo el hijo que te di.

Recibirás estas bendiciones cada primer domingo de cada mes durante cuatro años, a excepción de noviembre de este año. Así te recompensaré a ti y también a Mi Rayo de Luz por todos los servicios que Me has prestado con tanto amor.

Y así, también, os muestro cuánto os he amado y cuánto os seguiré amando siempre.

Y sobre todos los aquí presentes derramo ahora 22 bendiciones, fruto también de los méritos de Mis Horas de Oración que Mi Rayo de Luz hizo por Mí.

Bendigo a todos con amor: desde Nazaret, desde Jerusalén y desde Jacareí.

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(María Santísima) : «¡Queridos hijos, soy la Reina y Mensajera de la Paz, soy la Puerta del Cielo! Hoy vengo llena de amor con el Padre Eterno para decíroslo todo:

En la Anunciación pensé en todos vosotros con amor y ya allí os amé a todos como a la verdadera Madre de todos, de todos vosotros.

Allí, en el momento de la Anunciación, vi a todos los pueblos, a todas las naciones, a todas las razas que dependían de mi sí para ser salvadas y redimidas por el Redentor, por el Salvador. Y os vi a cada uno de vosotros, hijos míos, y allí os amé, ya allí en aquel momento os amé con todas las fuerzas de mi corazón.

Y entonces, ardiendo en llamas de amor por vosotros, di el sí que me costaría muchos sufrimientos y sacrificios, es verdad, muchos dolores, pero di mi sí generosamente por la salvación de todos vosotros.

Os he pensado y esperado todos estos siglos, para que ahora en mi hora, en la Hora de María, pudierais estar aquí y Yo pudiera colmaros a todos de todas mis gracias y bendiciones y a través de vosotros mostrar al mundo entero mi rostro maternal de amor y mi corazón lleno de amor.

Sí, os he amado y esperado ahora, incluso ahora en mi hora, para que en este mismo momento, el más difícil de toda la humanidad, cuando la apostasía y Satanás hacen tanto daño, pudiera llenar vuestras almas aquí con mi amor, con mi paz, con mi gracia maternal, y a través de vosotros pudiera hacer llegar mi gracia maternal y mi amor a todos mis hijos como a través de un canal.

Sí, os he esperado y he deseado ardientemente teneros aquí conmigo en mi obra de salvación , la última del mundo, en mi hora, mi última hora que cerrará mi lucha milenaria contra la serpiente infernal y que culminará en mi victoria segura ya profetizada al principio de la creación del mundo en el Génesis.

Sí, y a través de vosotros, hijos míos, que sois mi talón, la parte más frágil y débil de vuestra Madre Celestial, triunfaré en el mundo entero y mostraré a todos los pueblos mi fuerza y mi poder.

De vosotros sólo deseo: amor, amor puro, confianza y docilidad total a mi voz. ¿Por qué pido docilidad? Porque muchos incluso me tienen amor, pero no docilidad. Cuando se trata de renunciar a su propia voluntad y hacer la mía, se rebelan contra mí, y a través de estos instrumentos no puedo hacer nada, en estos instrumentos no puedo lograr nada.

Por eso vuestra docilidad es vital, para que mi plan pueda realizarse, y en vuestras vidas, en vuestras familias, en Brasil y en el mundo, Satanás sea cada vez más derrotado y aniquilado. Por eso, ¡docilidad y amor! Y entonces, ¡seguro que mi Corazón triunfará en vosotros!

Mi rayo de luz, hijo mío Marcos, en el momento de la Anunciación te vi, vi tu sí, vi el amor ardiente que tendrías por mí en el futuro y también por las almas de mis hijos, sufriendo y sacrificándote por todos ellos.

Tu amor reconfortó mi corazón en aquella hora, me llenó de alegría suprema y me animó a dar mi sí generosamente por la salvación de la humanidad, abrazando la cruz y todos los sufrimientos que se me presentarían en el futuro.

Sí, en el Calvario, en aquellas tres horas que estuve ante Mi Hijo en la Cruz, continuamente el Padre Eterno me dio una visión de Su futuro amor y obediencia hacia Mí. Y Su amor era la gota de miel en la copa más amarga que en aquel momento bebía en unión con mi Hijo.

Así pues, hijo mío, continúa firme en el camino de este amor verdadero. No puedes imaginar cuántas espinas y espadas de dolor sacas de mi corazón con tu padre cada hora, cada día: sirviéndome, amándome continuamente.

Sí, sacaste muchas espadas de dolor de mi corazón cuando hiciste para mis hijos el registro de mis Mensajes en Amsterdam.

Sí, al hacer que mis hijos conozcan mis mensajes como Señora de todos los Pueblos, al hacer que conozcan mi deseo de ser reconocida y proclamada como Abogada, Mediadora y Corredentora de toda la humanidad, has hecho que mis hijos confíen más en mi poder, que mis hijos se dirijan a mí con mayor confianza y amor.

Y como consecuencia, puedo realizar en sus vidas mayores y resonantes gracias de mi Corazón. Sin mencionar que con esto también has vacunado a mis hijos contra el virus mortal de disminuir mi persona, mi gloria, mi poder como Reina, Abogada y Mediadora.

Y ahora estos hijos míos no se contaminarán con el virus mortal de la enemistad, del desprecio, del vilipendio de mi persona. Sí, creen firmemente en mi poder, y por eso la estrella del abismo ya no tiene poder sobre ellos. Y todo esto es mérito tuyo.

¡Gracias, mi rayo de luz! Continúa dando a conocer todos estos mensajes a mis hijos. Por los méritos de este trabajo bueno y santo que has realizado, te doy hoy 38 bendiciones especiales.

Y a tu padre Carlos Tadeo le doy ahora 451.000 bendiciones que recibirá en el aniversario de mis Apariciones en Marienfried y también en Amsterdam, y también en el día de mi Fiesta de María Reina del Universo, el 22 de agosto durante 5 años seguidos.

Ahora te bendigo, y también a ti mi hijo Carlos Tadeu, cuanto más te unas a mi rayo de luz: por intimidad, por amistad, por complicidad, más te asemejarás a él y asimilarás este ágape, amor divino, celestial del que su alma, su corazón está lleno, está colmado y rebosa. Y más te parecerás a él y te convertirás en una llama incesante de amor por mí, por el Señor y por las almas.

Sí, haré de ti un gigante en el amor, no sólo en la oración, como mi rayo de luz, y cuanto más te unas a él, más asimilarás este amor que se elevará como una llama ardiente de amor hasta el Cielo. Y cuando toque el Cielo hará que caiga sobre toda la tierra la lluvia abundante del fuego de amor del Espíritu Santo en el Segundo Pentecostés Mundial.

Sí, cuando esta llama de amor, esta llama de amor de mi hijo Marcos toque el Cielo, entonces la lluvia de fuego del Espíritu Santo caerá para santificar, renovar y transformar toda la tierra en mi Reino de Amor, en el Reino de Amor del Señor.

Y tú también cuanto más crezcas en este amor, más se elevará esta llama desde tu alma al Cielo acelerando el Segundo Pentecostés Mundial y el Triunfo de mi Corazón Inmaculado. Así pues, no tengas miedo de amar a mi rayo de luz, el hijo que te he dado, porque nunca podrás superarme en amarle.

Y si tanto le he amado y le quiero y he confiado en él y le he encomendado misiones muy importantes que siempre ha cumplido y nunca me ha defraudado, tú también puedes y debes confiar en este rayo de luz. Así, hijo mío, te enriqueceré cada vez más a través de él, y haré de ti también cada vez más: llama y reflejo vivo del amor de mi corazón.

Tus méritos han crecido mucho en los últimos días ante el Señor y ante mí, y pronto, te daremos nuevas y copiosas gracias. Sigue adelante llevando mi amor a todas las almas, a todas las personas.

Rezad 3 martes seguidos el Rosario de la Llama de Amor nº 6 para que entonces a través de él llene vuestra alma con mi amor y a través de vosotros llene a mis hijos con el poder de mi llama de amor.

A todos vosotros especialmente, hijos míos, a quienes también doy hoy 12 bendiciones especiales, fruto de los méritos del santo trabajo que mi rayo de luz ha realizado difundiendo mis mensajes desde Amsterdam.

Ahora os bendigo a todos con amor: desde Lourdes, desde Pontmain, desde Amsterdam y desde Jacareí».

Vídeo de la Aparición

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Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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