domingo, 7 de noviembre de 2021

Mensaje del Sagrado Corazón de Jesús y de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz, comunicado al vidente Marcos Tadeu Teixeira

¡La gran señal del hijo del hombre te ha sido dada!

Mensaje del Sagrado Corazón de Jesús

«Mis almas amadas y elegidas, hoy vengo con mi Santa Madre en el aniversario mensual de nuestras apariciones aquí para deciros a todos: ¡El gran signo del hijo del hombre os ha sido dado!

Sí, en aquel lejano día, 7 de noviembre de 1994, cuando toda la multitud que estaba aquí en esta ciudad vio la señal prometida por Mí y por mi Madre en el Cielo, confirmando nuestras apariciones a Nuestro amadísimo hijito Marcos, en aquel día, toda la humanidad recibió la señal del hijo del hombre que profeticé en el Evangelio, la señal de mi cruz.

Sí, en aquella cruz luminosa que Mi Madre y Yo mostramos en el Cielo para que todos la vieran, todos recibisteis el signo. La señal que prometí que sería el aviso, la alerta de Dios de que Mi regreso estaba cerca.

La humanidad ya ha recibido la señal, ha recibido Mi advertencia, la advertencia de Dios. ¡Estáis viviendo en los últimos tiempos!

No hay más, no hay más tiempo que perder con las cosas pasajeras de este mundo. Dedicaos a salvar vuestras almas, porque pronto volveré en gloria, y todo el que sea un árbol seco y estéril y no tenga frutos de santidad que darme, será arrancado de raíz y arrojado al fuego eterno.

Sí, ay de los que estén en la miseria espiritual y en el pecado cuando yo vuelva. Ay de los que son infructuosos. Ay de los que sólo tienen los frutos negros de este mundo, que son las adicciones y los placeres.

Estos árboles serán arrancados de raíz y arrojados a un fuego que nadie podrá apagar jamás, porque será un fuego encendido por Mi justicia.

Mi Misericordia nunca quiso el Infierno, ¡pero Mi Justicia lo exige! Y por eso todos aquellos que no se hayan tomado en serio Mis mensajes y los mensajes de Mi Madre, serán enviados allí. Todos aquellos que se burlaron y la despreciaron despreciándola, despreciando Sus mensajes, o bien, escuchando Sus mensajes y no obedeciendo, haciendo lo contrario y buscando los placeres y vicios de este mundo.

Sí, todos aquellos que se burlaron de Mi Madre, que no quisieron recibirla como Mi mensajera y que no tomaron en serio las palabras de la Santa Madre de Dios, éstos serán arrojados al fuego encendido por Mi justicia, que nunca se apagará.

¡Convertíos sin demora! La señal del Hijo del Hombre ya se ha dado, como prometí hace dos mil años: 'Y la señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo. Y esto será un aviso de que se acerca el fin, el retorno del Señor'.

¡Estás en los últimos tiempos! Así que dejad de malgastar el tiempo de vuestra vida en las cosas de este mundo que pronto dejarán de existir, y dedicad vuestras almas a lo único necesario: salvar vuestra propia alma.

¿Qué será de las almas de los que sólo viven buscando los placeres y los bienes de este mundo?

¿Os habéis preocupado por el destino eterno de vuestras almas?

Tened cuidado con las acciones y decisiones que tomáis ahora y que pueden no tener vuelta atrás, y pueden sellar vuestro destino eterno para siempre en la condenación.

¡Convertíos! ¡Rezad! Tened temor de Dios.

Quien Me teme no busca los placeres y los vicios de este mundo. Quien Me teme vive cada día en Mi ley, en Mi gracia, en Mi amistad y no mira a Sodoma, sino sólo a Mí, a Mi Madre, al Cielo y a su propia alma cuidando de ella.

Cuidad vuestras almas, porque el enemigo, el demonio, está furioso y no descansará hasta llevaros a cada uno de vosotros con él a la condenación eterna, a la desgracia eterna.

Resistidle con amor, con oración, con amor a Mi Madre, con amor a Mi Sagrado Corazón, tratando de hacer crecer cada día la llama de amor de Mi Madre con más oraciones, lágrimas, súplicas, penitencias, ayunos y buenas obras.

Sólo así vencerás al dragón y serás coronado en el Cielo.

Reza el Rosario prestando atención a las palabras que dices. No recéis el Rosario fríamente, de forma automática, porque esas oraciones no me agradan, ni agradan a Mi Madre. Reza con el corazón, reza con amor.

Lo he dicho mil veces, ¡pero no lo entendéis! Las oraciones frías no suben hasta Mí, la tibieza a menudo hace que tus oraciones sean inocuas. Así que, reza, ¡reza con amor! ¡Reza con fervor! Rezad con amor ferviente, y entonces vuestras oraciones producirán gracias y milagros.

Aquí, donde Mi Madre y Yo hemos dejado signos maravillosos para confirmar Nuestra presencia, aquí Nuestros tronos, los tronos de Nuestros Sagrados Corazones, brillarán junto con la luz de la llama de amor que hemos puesto en el corazón, en el alma de Nuestro hijito Marcos.

Y cuando esto suceda, todos los demonios serán ensombrecidos, cegados y paralizados, y caerán de nuevo en el lago de fuego del que nunca más podrán salir. Y finalmente, enviaré al Ángel de la Paz y a Mi Madre para que bendigan la Tierra, y la Señora de todos los pueblos, que en el principio fue María de Nazaret, que es la Mensajera de la Paz aquí, será finalmente reconocida como Reina, Mediadora, Abogada de toda la humanidad, Corredentora. Y Yo seré finalmente reconocida como Dios único y Señor absoluto de todos los pueblos, y entonces, finalmente, triunfará la paz.

Mi amadísimo hijito Marcos, gracias por hacer la película de la Aparición de mi Madre en Castelpetroso. Has quitado muchas espadas de dolor no sólo a Su Corazón, sino también a Mi Sagrado Corazón con este santo trabajo que me has ofrecido hoy tantas veces durante este cenáculo.

Por este buen trabajo te doy hoy 52 bendiciones.

A tu padre Carlos Tadeu, a quien amas más que a nada, le daré hoy 98 mil bendiciones, que recibirá también en el aniversario de las Apariciones de Mi Madre en Castelpetroso y también el 28 de diciembre de cada año.

Y a todos los que estáis hoy aquí, también os doy 112 bendiciones que recibiréis hoy y también el 29 de diciembre de este año. Así, hago descender las corrientes de Mi Sagrado Corazón sobre todos aquellos a quienes amáis y por quienes pedís.

También sobre esa alma particular por la que Me habéis pedido, ahora doy, ahora derramo, 17 bendiciones.

Os bendigo a todos con amor: desde Paray-Le-Monial, desde Dozulé y desde Jacareí».

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz

«¡Soy la Reina y Mensajera de la Paz! Del Cielo vine y el 7 de noviembre de 1994 di a toda la multitud que estaba aquí en esta ciudad, la señal de la cruz de Mi Hijo Jesús, el Milagro del Sol que palpitaba como un corazón y cambiaba de color y también, la señal de la llama de la vela, el milagro de la vela, que no quemó la mano derecha de Mi pequeño hijo Marcos.

¡Con estos poderosos signos confirmé para siempre la veracidad de Mis apariciones aquí! Transformé a Mi hijito Marcos en otra Bernadette de Lourdes, repitiendo el mismo milagro que realicé en la Gruta de Massabiele, hace tantos años, para mostrar que Yo, la Inmaculada Concepción, la Madre de Dios, también he bajado aquí, a esta ciudad que Me pertenece, es Mía, me fue dada y consagrada desde su fundación, para decir a todos Mis hijos que al final triunfaré sobre todas las fuerzas del mal y Mi Hijo Jesús volverá pronto en gloria, como os prometió a todos en el Evangelio hace dos mil años.

Aquí os he mostrado la señal del Hijo del Hombre, advirtiéndoos a todos que ya estáis en el final de los tiempos y que pronto volverá mi Hijo para restaurar todas las cosas.

Mi Hijo volverá para restaurar todas las cosas en Él, en Cristo, para destruir el Imperio de Satanás en este mundo, y para derribar definitivamente el Imperio Infernal y traer a toda la humanidad un tiempo nuevo de santidad, de amor a Dios, de bondad, de concordia y de paz.

Se os ha dado la señal del Hijo del Hombre para advertiros de que ya no hay tiempo que perder con las cosas de este mundo. Ahora es necesario que pongas todo tu esfuerzo y trabajo en salvar tu alma, porque quien no lo haga, no podrá salvarse.

La señal del Hijo del Hombre se dio en 1994 aquí para advertiros de que desde entonces ha comenzado la cuenta atrás para la Parusía, el regreso de Mi glorioso Hijo Jesús, para instaurar Su reino de amor en la Tierra. Y todo lo que esté manchado por el mal, por el pecado, no entrará en este reino.

Por eso, purificaos con una vida de santidad, de amor a Dios, de buenas obras, de oración, de ayuno y penitencia. Despreciando todo lo que el mundo y Mi enemigo os ofrecen, despreciando vuestra propia voluntad, muriendo a vosotros mismos cada día para vivir escondidos en Cristo y también en Mi corazón.

Para que entonces pueda cultivaros como rosas místicas perfumadas de amor y entregaros a Mi Hijo como un precioso ramo cuando vuelva en Su gloria.

Se os ha dado la señal del Hijo del Hombre para advertiros de que los tiempos han llegado por fin, y ahora vendrá el Señor con el fuego de Su Justicia, para dar a cada uno según lo que haya hecho y también según lo que no haya hecho.

Así pues, ¡conviértete, conviértete! Reza cada día Mi Rosario con el corazón, porque sólo el Rosario con el corazón puede darte ahora la fuerza que necesitas para avanzar hacia la victoria.

Quien rece Mi Rosario distraída y fríamente no se salvará, pero quien rece Mi Rosario con fervor se salvará.

Continúa rezando el Rosario de la Paz al menos cada sábado, para que entonces, puedas sentir Mi paz, puedas plantarla en tu corazón, hacerla crecer y dar a conocer esta paz a todos los hombres.

Aquí, donde he dado los signos más rotundos para mostrar la verdad de nuestras Apariciones a Mi hijito Marcos, deseo la santidad suprema, la obediencia suprema, el amor supremo.

¡Sigue leyendo todos Mis mensajes! Medita cada día los mensajes que di en el mes de mayo de este año, para que crezcas en Mi amor y santidad.

Practica más la virtud de la magnificencia, lee cada día Mi vida para que imites Mis virtudes y sepas lo que debes hacer.

Ahora se acaba el tiempo dado por el Señor. Pronto sonará Mi hora. Por tanto, convertíos sin demora, no pospongáis más vuestra conversión, pues pronto será demasiado tarde y oiréis esa voz que resuena desde el Cielo y que arrojará a tantos al suelo aterrorizados de espanto: «¡Entrad en el Infierno!».

No seas como ellos, ¡conviértete! Sin conversión no puedo ayudarte. Sin conversión y oración no puedo transmitiros las gracias de Mi llama de amor.

Os bendigo a todos con amor, especialmente a ti, Mi hijito Marcos. Gracias por haber hecho la película de mi aparición en Castelpretroso. Te doy las gracias una vez más y te digo: no dejes que nada te quite la alegría, tú hiciste esto, este trabajo bueno y santo.

Mientras todos los demás sólo buscaban la realización de sus deseos y placeres personales, tú dedicaste tantos días y semanas a darme a conocer y a hacer amar, y a sacar esta aparición Mía del olvido, del desprecio y de la ignorancia de la humanidad.

El mérito es todo tuyo, y nadie puede quitarte este mérito. Por tanto, alégrate, hija Mía, la más abnegada, olvidadiza y devota de Mis siervos.

A ti, por esto, por esta buena obra, te doy hoy 178 bendiciones. A tu padre Carlos Tadeu le doy ahora 457 mil bendiciones que recibirá el 16 de agosto de cada año, y también el 9 de diciembre durante tres años seguidos.

Y a todos vosotros que estáis aquí os doy ahora 40 bendiciones que recibiréis además de hoy, este año el día 9 de Diciembre.

Continuad rezando el Rosario de Lágrimas todos los días. Meditad cada día un pasaje de la Imitación de María, para que imitéis mis virtudes. Y también, cada día, meditad una meditación de Mi hijo Alfonso de Ligorio, esto os ayudará en vuestro camino hacia el Cielo, y os dará la fuerza para resistir a todas las tentaciones.

Os bendigo a todos: desde Lourdes, desde Pontmain y desde Jacareí».

Mensaje Privado De Nuestra Señora A Su Amado Hijo Carlos Tadeu

(María Santísima): «Mi amadísimo hijo Carlos Tadeu, te doy hoy Mi mensaje mensual:

Te amo, hijo Mío, no tengas miedo de nada, porque Yo estoy siempre a tu lado para ayudarte y guiarte.

En aquel 7 de Noviembre de 1994, aunque no supieras o pudieras siquiera imaginar que Yo aparecía aquí en esta ciudad, para Mi alma privilegiada mi rayo de luz, tú también, en el instante en que colocó, Mi hijo Marcos colocó su mano en la llama de la vela sin ser quemado por Mi poder, en aquel momento tú también recibiste grandes gracias de Mi Inmaculado Corazón. Grandes bendiciones por el vínculo que tendrías en el futuro con él y, digamos, por una anticipación de los méritos de todas las buenas obras que haría por Mí a lo largo de su vida.

Sí, en aquel momento te bendije y derramé grandes bendiciones sobre ti. Mira cuánto te amé y te amo: Te di por hijo un alma que puso su mano en la llama de la vela durante tantos minutos sin quemarse. Algo que ningún ser humano, nadie sobre la faz de la tierra, aparte de mi hijita Santa Bernadette y unas pocas almas elegidas, ninguna otra alma, ninguna otra persona recibió jamás gracia o milagro como ése.

Sí, él ya era muy digno de ello en aquel momento y ya tenía muchos méritos para recibir aquellos 3 grandes signos que manifesté aquel día: el milagro del Sol, el milagro de la cruz luminosa y el milagro de la llama de la vela.

Sí, ¡que no le quemó la mano! Ya poseía muchos méritos para ello, así que cuando pidió esta señal del Cielo, Yo y mi Hijo Jesús se la dimos con gusto y alegría.

Sí, esta alma llena de méritos que a lo largo de los años no ha hecho más que multiplicar sus méritos con buenas obras, oraciones y sacrificios, esta alma que tenía y tiene el brillo de una piedra preciosa resplandeciendo a la luz más intensa del Sol, esta alma te fue entregada para que fueras tu hijo y pudieras comprender cuánto te apreciamos y te amamos Yo y Mi Hijo Jesús.

Te confiamos este tesoro, esta piedra preciosa, para que lo cuides, lo ayudes, lo guíes en las decisiones que debe tomar aquí en la Tierra, que son tan difíciles. Y que tú también le escuches, porque él te guiará por el mismo camino de santidad, de bienaventuranza por el que él ha caminado hasta hoy.

Sí, el hijo que os he dado conoce el camino del Cielo, el camino de la perfección y de la santidad. Y cuanto más unida estés a él, más adquirirás la misma luz, la misma belleza interior, la misma llama de amor ardiente que él posee y también, llegarás a ser bella a los ojos del Señor, a Mis ojos y también en ti podré obrar maravillas.

Sigue caminando por la senda de la santidad, conduciendo a veces al hijo que te di por los senderos de la tierra, donde tanto necesita de tu guía, protección, dirección y cuidados. Ahora, dejándote llevar por él por el camino de la santidad y la espiritualidad que tan bien conoce, y pareciéndote cada vez más a él.

Igual que el agua que se pone en un jarrón toma la forma de ese jarrón, y aunque, siendo dos parece que son uno. Así también, únete tan profundamente a él que os convirtáis en uno aunque seáis dos.

Así Mi llama de amor y Mi plan de salvación se realizarán plenamente, y entonces Mi enemigo será humillado y vencido.

Deseo que a lo largo de este mes habléis a Mis hijos en todos los cenáculos, de este signo de la llama de la vela que no quemó la mano de Mi hijito Marcos, también del signo de la cruz en el Cielo y en el Sol, del Milagro del Sol.

Mostrad a todos Mis hijos cómo recompensé el amor, la obediencia y los méritos del hijo que os di. Muestra a todos cómo en él he realizado prodigiosos milagros, que con excepción de mi hijita Bernadette y de algunas almas santas, no he manifestado ni hecho a nadie más.

Los fariseos e incluso los apóstoles pedían continuamente a Mi hijo Jesús una señal del Cielo y que manifestara Su gloria. Mi hijo negó la señal, el hijo que os di pidió esta señal y fue respondido, porque ya era muy digno de ello.

Muestra esto a todos Mis hijos, para que comprendan la grandeza de la obra y de la gracia que han recibido, la obra de la salvación, para que cooperen con ella y no la estropeen con sus defectos, pecados, vicios y mala voluntad, su desobediencia.

La grandeza también de la gracia que han recibido, porque después de esta gracia no tendrán otra. La gracia de conocer y estar en Mis apariencias es la mayor y la última gracia, la última oportunidad que les he dado a todos ellos, después de ésta no habrá otra.

Así pues, temblad y temed cada día en Mi presencia, y con santo fervor y amor colaborad con Mi plan para la salvación de toda la humanidad.

Te bendigo y te digo Sigo orgullosa de ti, la Madre está feliz y orgullosa de ti, hijo mío, continúa con todas las oraciones que te he pedido y dado, y comprende que aquí, en estas grandiosas Apariciones, que ya estaban en cierto modo insinuadas en el Evangelio, cuando Mi hijo dijo que se manifestaría, mostraría la señal del Hijo del hombre para avisar a toda la humanidad de que Su regreso era pronto. Fue desde aquí, desde Jacareí que Él habló.

En estas grandes Apariciones, tú, hijo Mío, eres una de las almas principales, la piedra angular, a través de la cual, junto con Mi pequeño hijo Marcos, quiero salvar a todos Mis hijos y mostrar al mundo entero Mi amor y Mi gloria.

Medita profundamente en el significado de esto, para que tú también puedas dar a Mis hijos la luz de la sabiduría y la comprensión de una ciencia tan elevada, una obra y una gracia tan grandes. Para que ya no traspasen Mi corazón con sus defectos y pecados, y no estropeen ni dañen Mi obra, porque cualquiera que haga esto se lo pagará a Mi hijo Jesús, y será terrible caer en manos del Hijo de Dios.

A todos y a vosotros especialmente os bendigo ahora con amor».

Mensaje de la Virgen después de tocar los objetos religiosos

(María Santísima): «Como ya he dicho, allí donde llegue una de estas imágenes, rosarios, allí estaré viva llevando Conmigo las grandes gracias de Mi Hijo, las gracias de Mi corazón.

A todos los que lleven con confianza Mi Medalla de la Paz, les daré el 30 de diciembre de cada año, y el 25 de febrero de cada año, 100 bendiciones especiales.

A todos de nuevo os bendigo para que seáis felices.

Permaneced en la paz del Señor».

Primer Mensaje de Mayo de 2021

El Rosario de la Paz

El Rosario de las Lágrimas

El Movimiento de la Llama de Amor

Mensaje sobre la (próxima) Hora de María

Lee La Ciudad Mística de Dios, que contiene la Vida de Nuestra Reina y Santa Madre ( Vol2) ( Vol3) ( Vol4)

Ver el Cenáculo completo