sábado, 23 de julio de 2005

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Queridos hijos, recen más intensamente por la paz. El diablo quiere la guerra. Quiere sangre y mucha violencia. Intercedan y ofrezcan sus sacrificios y penitencias al Señor, rogándole su ayuda divina y la paz. Pidan también la conversión de los corazones de sus hermanos.

Vengo del cielo para decirles que estoy a su lado y los acompaño en todo momento, no dejándolos solos. Abran sus corazones al Señor. Permítanle revelarse a ustedes con todo su amor, aceptando definitivamente el camino que les muestra a través de mí: el camino de la conversión, de la renuncia al yo, y el camino de la santidad. Si acogen mis mensajes, muchas personas se salvarán y el mal será destruido; si no, muchas almas caminarán en la oscuridad y el mal se extenderá en el mundo cada vez más.

Hijitos, lo que les digo es serio: muchos no están preparados. Si el mundo continúa siguiendo el camino del pecado, pronto la tierra se volverá más y más oscura, porque los hombres sin Dios se convertirán en verdaderas imágenes del diablo en lugar de Dios. Pero Dios está llegando para rescatarlos de ustedes mismos, porque se están permitiendo ser cegados por el pecado. Despierten. Despierten. Despierten.

Un hombre con el corazón cerrado es un arma terrible en manos del diablo, porque a través de tal hombre puede propagar mucho mal y extender el odio. No permitan que el diablo los use para el mal, sino pidan todos los días la luz de Dios para que todas sus acciones estén dirigidas hacia el bien. Como ya les he dicho brevemente, el mundo será renovado: eso que vendrá del cielo como un gran fuego está llegando. Todo será transformado. Dondequiera que pase, solo habrá fuego y gran calor. Oren, oren, oren.